Casi podía ajustar mi reloj basándome en su entrada triunfal. Cada madrugada alrededor de las 5 am se oían los pasitos venir desde el otro cuarto, acto seguido se trepaba en la cama y abrazado a mi cuello, volvía a dormir.
Una mañana le pregunté por qué venía cada noche y me dijo que sentía miedo. Entonces siendo una madre deseosa de enseñarle lo más importante en cada oportunidad, le dije con entusiasmo: “Mi amor, ¡nunca estás solito porque Jesús está contigo todo el tiempo!” Y la criatura de 3 años me vio fijamente, lo pensó un momento y me responde:
-«Está en mi cuarto toda la noche?”
–Y yo abro los ojos con emoción mientras sonrío asintiendo
– ¡Uy no! ¡Entonces mejor me voy contigo!
¡Aún me río cada vez que lo cuento! En ese punto del partido no veíamos a Jesús del mismo modo, pero las cosas han cambiado y gracias a Dios, no solo tiene años de no pasarse a nuestra cama, sino que además ese “pedacito de gente”, que ahora tiene 14 años, ha desarrollado el hábito de hacer buenas preguntas y sostenemos conversaciones hermosas y más profundas sobre la fe y ese Jesús del cual yo le hablaba (y que consideraba un invasor en su cuarto) ha llegado a ser una persona real y poco a poco, más cercana para él.
Yo deseo que mis cuatro hijos conozcan al Señor, no de mis descripciones o relatos, sino de primera mano; mi anhelo no es que simplemente sigan la “tradición familiar” porque eso no es suficiente para dar esperanza eterna y hasta llega a ser una carga horriblemente pesada donde asuman que se trata de lo que ellos deben hacer y no de lo que Dios hizo. De hecho, es lo que anhelo para cada persona que conozco… porque ¡no hay mayor dicha!
Sé que no estoy sola en anhelar esto para los que amo y también conozco ese sentimiento de incapacidad al enfrentar las preguntas de los niños acerca de un Dios tan grande… la buena noticia es que podemos aprender mientras enseñamos. A menudo en la crianza, lo más importante no es saberlo todo sino mostrarnos humildes y enseñables, promoviendo un ambiente en el cual los pequeños nos vean sedientos de aprender sobre ese Dios y que a medida que lo hagamos, vaya transformando nuestra mente, corazón y como consecuencia, nuestra conducta.
Si desean emprender o reanimarse en este camino, les recomiendo tres excelentes libros para ir conociendo a Jesús juntos:
Historias Bíblicas de Jesús para niños: Cada historia susurra su nombre (Jesus Storybook Bible) (Spanish Edition)

El Jardín, la Cortina y la Cruz: La verdadera historia de por qué Jesús murió y resucitó (Spanish Edition)

Relatos Bíblicos (The Gospel Project) (Spanish Edition)
