He pensado que el problema central en los adolescentes no es la rebeldía, no es la inmadurez, no es la falta de comunicación… no son las drogas, el sexo o el rock & roll. El verdadero problema es que los patojos tienen una gran miopía mental.

(La miopía es una alteración en el ojo que te permite ver bien de cerca… pero no te permite ver de lejos, mientras más alta sea la graduación, menos alcance visual tenes).

Ayer, después de recortar el tiempo de uso en el celular a uno de mis adolescentes… ardió Troya en la casa. Terminó la anécdota con un aparato decomisado, un hijo furibundo y una mamá con insomnio.

En mis horas de insomnio pensaba: este patojo lo que tiene es una gran miopía mental.

No mira más allá de la gratificación inmediata de un TikTok tras otro, de un meme tras otro, de un chiste tras otro…pero no se da cuenta del tiempo que pasa allí metido y las consecuencias a largo y no tan largo plazo de eso: el descuido de sus estudios, la basura que se mete en la cabeza, la disminución del lapso de atención, etc.

Ayer pensaba… ¡Qué fácil sería prestarle mis ojos y que se viera a el mismo como lo veo yo!.. Que viera su potencial y sus capacidades… y se diera cuenta de lo menso que se mira dándole scroll a la pantalla y riéndose solo, mientras se le pasan los minutos, las horas… los días.

Hoy he pensado todo el día como mantra de meditación: «Mi trabajo es educar hombres buenos, no caerles bien».

En fin… ¡¡Ya volverán las aguas a su cauce!!

Mujer, esposa, madre de cuatro niños, hija, amiga, hermana, tía. Imperfecta, alegre, enamorada.