Me he dado cuenta que en las familias los temas son como de temporada… así como las series de Netflix. Este mes a todos les dio gripe, todos hablan de fútbol y tienen el mismo tipo de dudas incómodas, referentes a la sexualidad humana.

La semana pasada cuando mis adolescentes se fueron a las olimpiadas de Mate en la Universidad San Carlos, a uno de ellos le pareció buena idea comprar en una tienda cercana un preservativo para conocer cómo son.

Por ir vestido de uniforme el señor de la tienda -que me imagino se llamaba “Tonito Silba”- no se lo vendió.

El adolescente sintiéndose muy chistoso, me contó la anécdota en la tarde y solamente pude regañarlo OTRA VEZ… Después de un par de días, fui al súper y metí un chunche de esos en la carreta para que se quitara la curiosidad…  creo que la mayoría de conductas así, tienen su base en inquietudes y la falta de información.

Al llegar a la casa, lo abrimos y pasamos a la plática de todo el asunto. Los temas de sexualidad es mejor hablarlos en casa… Aproveché para hablar del respeto por la mujer, por uno mismo y de la castidad.

También intenté explicarle cómo diferenciar la lavada de coco que nos dan los medios de comunicación para promover una sociedad bastante hedonista y la realidad de la naturaleza humana.  Todo acto sexual debería buscar el verdadero amor y la entrega completa en una relación permanente.

Otro día, cuando estaba en el climax del estudio para una clase espantorrible que tenía en la universidad, llegó otro de mis hijos, se paró delante y simplemente me disparó la pregunta: Mami, ¿qué es la menstruación? ¡Yo no sabía si reírme o llorar!

Cuando uno tiene déficit de atención es complicadisimo leer cosas aburridas haciéndoles caso… y yo, honestamente, lo estaba logrando. No me quedó otra que cerrar la lectura, enfocarme en otro tema y dar una clase acerca de la menstruación.

Por eso digo que estas pláticas se dan por temporadas… de pronto todos quieren hablar de temas complicados o de fútbol. Es como la gripe, simplemente como que se pega de uno a otro.

A uno de Mamá Imperfecta no le queda otra que cerrar sus lecturas y dedicarse a ir formando a sus adolescentes. Al mismo tiempo, que le doy gracias a Dios de que buscan las respuestas conmigo y no con alguien que no los pueda orientar y explicar estos temas con cariño. Aunque me toque ir buscando el preservativo inflado por toda la casa para que no lo vean los más pequeños…

Mujer, esposa, madre de cuatro niños, hija, amiga, hermana, tía. Imperfecta, alegre, enamorada.