Nunca pensé llegar a los 40 años y no porque creyera que no viviría para cumplir esos años, sino que simplemente la vida pasa en un abrir y cerrar de ojos. Ya el mundo como lo conocía antes cambió y es que todo cambia… tú cambias y casi sin darte cuenta ahora ya no eres la misma. La vida va moldeando tu personalidad, vas cambiando de lente y ves la vida de otra manera, ya no tienes las cadenas de antes, esos complejos cuando escuchabas una crítica negativa de ti, esa distorsión de lo que la sociedad exige de la belleza, esa necedad de querer estar en lo correcto, de no aceptar otro punto de vista, la idealización de lo que el mundo debe ser.

Con los años ya no te quejas por todo, pues sabes que la vida es inesperada y solo tienes este momento para disfrutarlo, sabes que aunque te acuestas con la esperanza de despertar, no sabes si volverás a ver el sol, así tu vida puede dar un giro cambiando tu situación. Antes de quejarte piensas en todas esas bendiciones que empiezan con un amanecer hermoso, un beso de tu pareja, agua caliente para ducharte, un desayuno en la mesa e hijos que te sacan las canas pero también te sacan lo mejor de ti. Esa gran bendición que es tener el amor de tu familia y amigos.

Cuántas bendiciones puedo contar, aun puedo ver la bendición que hay detrás de un momento duro, y es esa la transformación más linda de mi vida.

40 añosClaramente veo todas aquellas experiencias que me han dejado una huella, un aprendizaje, caídas que me lastimaron pero que me muestran en dónde están las piedras para que no vuelva a tropezar. He tenido pérdidas en mi vida y sé que no es fácil pero no todo resulta como planeas, ni todos están por que quieres, y es así como ahora puedo entender que no puedo detener el curso de la vida, no puedo controlar los sucesos pero SÍ puedo decidir qué aprender de esto, cómo tomar aquello que me duele, que me reta, que me pone a prueba.

También he aprendido que la vida nadie la vive por ti, eres tú quien debe vivirla, eres tú el actor de esta obra, y como escribas tu guion depende solamente de ti.

Eres libre y muchas veces no lo sabes… cuando te des cuenta, siempre tendrás la oportunidad de seguir tus sueños aunque tengas que volver a empezar.

Estuve preocupada de cambiar de década. Ahora llego a la conclusión de que la edad es un número más, no es más joven quien tiene menos años. Un corazón joven es quien perdona, quien deja ir, quien puede reírse de sí mismo sin perder su autoestima, quien tiene una sonrisa para los demás a pesar de sus problemas. Es el alma la que es joven, no ese número el que te dice cuán joven eres. Es esa actitud frente a la vida, a quien no le da pena decir lo que piensa, bailar si quiere, cantar a gritos, aprender cosas nuevas. El alma joven siempre busca la belleza, no aquella que muestra perfección, no la que es externa, si no aquella que muestra sus verdaderos colores, alegrarse por las bendiciones de los demás, esa belleza que está en el interior, no caduca ni envejece.

Quiero vivir una vida llena de amor, llena de momentos bien vividos, alegres o tristes, difíciles o llenos de gozo. Y así, cuando sea mi último momento en la tierra, pueda irme sabiendo que amé sin condiciones, estuve presente en la vida de la gente que amo y pude inspirar a los demás con mi actitud y mis acciones.

Bendigo estos 40 años de vida y todo lo que me ha dado, doy gracias a Dios por este año cumplido y le pido siempre me guie por el camino correcto y me dé la sabiduría para seguir creciendo.

Luz de Maria (Baby)

Soy psicóloga industrial, me encanta leer, tomar cursos sobre psicología, desarrollo personal y me encanta compartir con mi familia y amigos. Tengo una maravillosa familia y llevo 16 años casada. Ahora estoy feliz de poder escribir en este blog y abrir las puertas de mi vida.