Llegó el día esperado. Dentro de 3 ó 4 horas nacerá nuestro nuevo marimbero. Como todos imaginarán hoy será un día de emociones fuertes: despedirme de mis hijos, luchar una y otra vez contra la ansiedad, conectarme a la vena un suero de té de tilo para calmar los nervios de casorio que a uno le dan cada vez que se enfrenta a estas situaciones, gozar de unos minutos de espera y de intensidad junto con Renato, entrar al quirófano, besar a nuestro bebé por primera vez, atenderlo… en fin, sentimientos que se graban a fuego y que seguro recordaremos en nuestra vejez.
La verdad es que estoy muerta del miedo. Ahora me dio por tenerle miedo al dolor. Quisiera no sufrir nada y que el marimbero apareciera en mis brazos y yo estuviera muerta de la risa. Pero eso es imposible desde el punto de vista físico y también del amoroso. No puede existir el verdadero amor sino se sufre, y vaya si el cariño filial no es el más fuerte que existe, la consecuencia lógica es entonces que quienes tenemos la dicha de ser madres, debamos sufrir físicamente un poco. Es el costo del amor. Es el precio de gozar de la felicidad más profunda que hasta ahora he conocido. Así que, palmaditas en la espalda, a secar las lágrimas y a esperar el inigualable momento.
Mis hijos están ilusionados. Por lo menos, la mayoría. La Xime anda retraída, bueno también está ilusionada pero dice que no quiere que nos separemos ni unos pocos días. Yo le hice tripas corazón, y la consolé. También le pedí que fuera la mamá por estos días, que ayudara a que todos estudiaran para los exámenes de la otra semana y que fuera la primera en colaborar en los quehaceres de la casa. Además, la mayoría está rezando para que todo vaya bien.
Renato anda de McGiver preparando, armando y reparando todo lo que se necesite para que el bebé se sienta bien cuando arribe a nuestra mansión… Y por supuesto, anda de esposo consentidor.
Nuestros amig@s han sido todos muy buenas gentes. Muy pendientes de las noticias y dándonos ánimos, hurras y demás.
No resta más que dejar la puerta abierta para contarles cuando ya el bebé esté entre nosotros y darles detalles de todo lo que pasó y cómo la Marimba recibió a su nuevo integrante.