Sí, con $ de dólar. 
Diver$ión con s de dólar.  Creemos
que esa es  la condición para
pasarla bomba. Y en familia ¡no
digamos! Necesitamos dinero, pistillo para sonreír de oreja a oreja.  Uno de los grandes autores afirmó en una entrevista: entre más vacía está una persona, más dinero necesita para divertirse…

La Marimba es por definición bullanguera… pero también
necesita divertirse a lo grande haya o no dinero, así que Renato y yo nos
enfocamos muchas veces en pensar qué podemos hacer para que todos  la
pasemos bien y al mismo tiempo, el bolsillo no se truene los dedos por los
nervios.  ¿Cómo lo logramos? Algunos de
nuestros secretos a continuación:
¡Hágame la campaña!: en Semana Santa ya se sabe que los niños empiezan felices el lunes  y el martes ya se están subiendo por las
paredes. Este año, fue peculiar porque hicimos actividades nuevas que nos
unieron.  Por ejemplo, Renato tuvo la
ma-ra-vi-llo-sa  idea de organizar una
Noche de Luna. Prestó una tienda de campaña, una churrasquera y la grabadora
del cuarto de mis hijas.  La armada de la
tienda fue una epopeya, pero al final se veía tan bien que parecía que
estuviéramos en el mismísimo cráter del volcán de Agua.   Ese
día, en el patio de nuestra casa, mientras oíamos un musicón, asábamos todo lo
que pudimos encontrar en nuestra desnutrida refri (con el paso de los días, las
termitas humanas la habían dejado casi vacía); mis hijos se sentaron a escuchar
cuentos de miedo en el interior de la tienda. 
Todos estaban exultantes, tanto como si estuviéramos en Semuc
Champey.  Yo, mujer de poca grama, me
quedé cerca de la churrasquera para alentar el fuego y que no se apagara antes
que los elotes estuvieran listos. Junto 
a  mí, se quedó Sebastián y
Ximena. La lady tampoco es afín a la grama y estuvo en pláticas conmigo toda la
noche. Al día siguiente,  la conversación
del desayuno giró en torno a la velada y Ximena, una de las menos activas
durante la noche, dijo: ¡Qué divertido estuvo anoche!  ¿Te divertiste? -Pregunté- , ¡sí, mucho! 
Huevos o globos
sorpresa:
Este pasatiempo puede llevarse el premio. Cuando anunciamos que vamos a
jugarlo, la expectativa atrapa a mis hijos y ya no pueden pensar en nada
más.   Fue también un invento del dueño
de la Marimba. La idea es hacer cascarones tal cual, pero en lugar de pica-pica
contienen premios o penitencias.  Con un
cartón de 30 unidades, cada quien se juega su futuro.  Puede ser que el destino le depare un helado
Sarita, bañarse con agua fría, un vale de Q5 para la tienda o tomarse un vaso de
incaparina…   Las risas y la emoción de
una montaña rusa son las compañeras de este juego. Es increíble lo bien que no
la pasamos con más o menos Q25 (y eso que el reembolso no es inmediato)
Campeonatos
interfamiliares:
nos dicen que con nuestra familia podemos armar equipo de
todo: de básquet, fútbol rápido, etc. 
Los dos deportes a los que les damos duro son: matado y kick ball.
Tardes infinitas hemos pasado, compitiendo entre nosotros. Los equipos
obligados deberían ser hombres contra mujeres. Pero lo cierto es que las
afinidades pueden más que lo milenario, así que normalmente jugamos así:
Renato+Fátima+Anneliese  /
Yo+Ximena+Emilio… Nícolas echa porras imparciales y Sebastián juega con los dos
porque normalmente el equipo que patea se encarga de él.  Enfrentarse ha sido toda una aventura. Sobre
todo porque, como dice Renato, yo soy competitiva e implacable y a veces hasta
mala onda porque espero que todos sepan jugar, respeten las reglas y no haya
despiste.  Entonces, allí me miran a mí
alegando porque Emilio no tocó la base, porque el fulanito no puede pichar,
porque…  La verdad es que son juegos
acalorados pero que terminan siempre en unión. 
Unión que cuesta a veces Q5, a veces Q10 (depende qué tomemos después de
la chamusca)… unión que cuesta poco pero vale mucho.
¡Basta!  Hace ya algún
tiempo que no jugamos, no sé por qué… pero lo cierto es que este pasatiempo
además de ayudarnos en nuestra habilidad mental, nos llevó  a vivir la emoción de la competencia
individual, aunque también fomentaba la comprensión con los que escribían más
lento, tenían menos cultura o, como yo, se les olvidaban los recuerdos.  Nuestro papel era reciclado y el premio, la
satisfacción de ir enriqueciendo nuestros referentes y lenguaje. Costo: Q2 o Q3
si pensamos en la tinta…
Existen muchas más actividades en el repertorio cómico mágico musical, pero no intento
escribir sobre todas. Lo único que deseo expresar es que la diversión no  se escribe con $ de dólar, sino con s de
sencillez. 
Soy mamá de seis hijos y directora editorial de Niu. Me confieso como lectora empedernida y genéticamente despistada. Escribo para cerrar mi círculo vital.