Por Renato Contreras
Hay un día en la semana que de verdad suele ser el más difícil, para mí
en particular es el jueves. Es cuando mi mente y mi cuerpo piden
una terapia, de esas que te cargan las pilas, en las que tomas una nueva
bocanada de aire y sigues para adelante, eso mismo le pasa a Andrea y a todos los
chicos.
en particular es el jueves. Es cuando mi mente y mi cuerpo piden
una terapia, de esas que te cargan las pilas, en las que tomas una nueva
bocanada de aire y sigues para adelante, eso mismo le pasa a Andrea y a todos los
chicos.
Las fuerzas se van mermando y el ánimo
va decayendo. Al final la terapia la
necesitamos todos. Una terapia familiar
y además semanal, no creo que haya presupuesto que lo aguante si la solución es
ir con un profesional.
va decayendo. Al final la terapia la
necesitamos todos. Una terapia familiar
y además semanal, no creo que haya presupuesto que lo aguante si la solución es
ir con un profesional.
Así que un día a la semana antes
de llegar a casa pienso en esa terapia, veo mi billetera y no alcanza para
irnos al cine, llevar helados Sarita, hamburguesas ni nada que se le parezca,
pero si alcanza para comprar un mega de Pepsi.
de llegar a casa pienso en esa terapia, veo mi billetera y no alcanza para
irnos al cine, llevar helados Sarita, hamburguesas ni nada que se le parezca,
pero si alcanza para comprar un mega de Pepsi.
Dadas las circunstancias el mejor aliado que hemos encontrado para nuestra
terapia familiar ha sido un buen vaso de Pepsi con hielo. A todos nos brillan los ojos cuando se sirve
en la mesa a ese buen terapeuta, que contiene cafeína, azúcar y energía.
terapia familiar ha sido un buen vaso de Pepsi con hielo. A todos nos brillan los ojos cuando se sirve
en la mesa a ese buen terapeuta, que contiene cafeína, azúcar y energía.
De verdad todos celebramos. En especial
Sebastián brinca de alegría. Pero mas allá
de la inyección de energía, es sobre el todo el ambiente que
propicia, es cuando más tiempo nos quedamos en la mesa y compartimos sucesos,
anécdotas, chistes y bromas.
Sebastián brinca de alegría. Pero mas allá
de la inyección de energía, es sobre el todo el ambiente que
propicia, es cuando más tiempo nos quedamos en la mesa y compartimos sucesos,
anécdotas, chistes y bromas.
¡Salud! ¡Salud por la amistad!.. por lo que
sea, pero brindamos para tomar esa bocanada de aire que sirva para continuar la
semana. No digo terminar, porque es mentira la semana no se termina el viernes,
continua sábado, luego domingo etc., etc.
sea, pero brindamos para tomar esa bocanada de aire que sirva para continuar la
semana. No digo terminar, porque es mentira la semana no se termina el viernes,
continua sábado, luego domingo etc., etc.
En definitiva no es el mejor
método pero nos funciona muy bien, veo como los chicos afrontan cada día con
entereza y renovada ilusión, veo cómo Andrea que ha dormido pocas horas, se
sobrepone al cansancio y se levanta para empezar otra jornada sin perder el
buen humor.