Las bellotas

Andrea y yo
diariamente nos alimentamos de esas pequeñas bellotas que en nuestros hijos
florecen y florecen, y al igual que los osos disfrutamos de ese diminuto
manjar.   Digo diminuto porque los días
están llenos no de grandes acontecimientos, celebraciones u obsequios sino más
bien de lo cotidiano, lo de siempre.  Pero, a diferencia de los osos nosotros
guardamos algunas bellotas para el camino, porque ante las contrariedades
(entiéndase, carreras al hospital, desvelos y más desvelos, gastos imprevistos,
etc) esas bellotas de reserva hacen la diferencia entre un mal día y un día que
valió la pena vivir.

Los miembros
de la marimba tenemos la suerte de disfrutar de 7 diferentes clases de
bellotas, que ahora mismo les comparto para que se les haga agua la boca.

Las bellotas de Sebastián: ¨papá y mamᨠson las únicas dos palabras que ha
aprendido a decir  pero que en ellas se encierra todo su mundo, su
alegría e inocencia y  aunque las diga
mil veces, siempre suenan diferente… cuando pide su pacha, cuando quiere dar
cariño o cuando brinca de la felicidad 
porque llegó su mamá o cuando sus hermanos le hacen payasadas para que
se entretenga.

Las bellotas de Nícolas: estas suelen ser muy tiernas, Nícolas
se caracteriza por su ternura en las caricia. Le encanta tomar su pacha
acariciando la oreja del que esté a su lado, o cuando despierta al lado de
alguien siempre le da pequeños besitos que expresan un profundo y sincero amor.

Las bellotas
de Emilio: “mami que linda te ves hoy” , “papi que rica te quedó la comida”
estos son los elogios que a Emilio le salen del corazón. La verdad es que en un
día de esos días, estas bellotas saben deliciosas, y te reaniman..

Ahora las
bellotas de color rosa:

Anneliesse:
suele ser ruda, aguantadora y valiente, me encanta su fortaleza.  Ante la enfermedad no se queja, resiste.  Y muy generosa, comparte sin pensarlo dos
veces y siempre está pendiente de sus hermanos principalmente de Emilio, que
más que su hermano a veces creo que es su cómplice. (Esta será otra historia).

Fátima: lo
más dulce  es su frase: «¿papi o mami te puedo hablar en privado?» esto
es fantástico porque en una casa tan pequeña con 5 niños que van y vienen no
resulta fácil, pero se logra.  Y ahí
viene una pregunta, una confidencia o de pronto un llanto sorpresivo.  También nunca falta en la semana una pequeña
tarjeta hecha con materiales reciclables para cualquiera de los dos.  Con frases como “Mami: eres la mejor mamá del
mundo.”

Ximena:
reflexiva, preocupada  siempre porque
mami anda en bus. Yo creo que lo que más desea es tener dinero para comprarle
un carro o que sus papis tengan lo suficiente para comprar el  otro. Independiente, responsable con sus
tareas y todo lo que tenga que ver con el colegio.

El
reto de cada día es descubrir cada una de esas pequeñas bellotas que nuestros
hijos tienen para regalarnos… no importa si es uno, dos o
seis. Siempre encontraremos muchos pequeños detalles que nos harán decir (y gritar, si es preciso):  «vale la pena, vale la pena».
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La dueña de la Marimba colaboró con un artículo de prensa, si quieres leerlo accede a http://www.prensalibre.com/vida/ERASE-VEZ_0_701929881.html