En una noche de lluvia, con la luna apenas visible, algunas nubes grises cuchicheaban sobre  mi cabeza y con la quijada apretada y el interruptor del desespere listo para hacer click en cualquier momento, me puse a pensar y pensar sobre por qué seguía tratando de animarme a pesar de un día especialmente cansado.  Entonces se me ocurrió hacer un ejercicio de antónimos y así reviví momentos blancos y negros de nuestra vida en familia.

Todos gritan al mismo tiempo peleándose por algo sin importancia.

En cuanto Nícolas despierta busca a Emilio para plantarle un beso de buenos días.

Anneliese llora sangre con tal de no peinarse.

Alguien dice en la mesa: ¡qué rica estaba la comida!

A las maestras de Ximena y Fátima se les ocurrio pedir pompones de un día para otro.

Emilio revienta de la emoción por fabricar cascarones en pleno julio.

Todos dejan todo tirado (ropa, zapatos, cepillo de dientes, bolsones, cuadernos) y hay que perseguirlos…

Cada vez que puede, Anneliese se acuesta junto a Sebastián para contarle un cuento.

Hay que llevar a un chiquirrín al doctor cada vez que un gallo canta (o sea a cada rato).

Cuando cualquiera nos pide que le lavemos los dientes porque quieren sentirse bebés.

Tengo mala suerte: cuando compro un helado todos quieren del mío.

Ximena y Fátima me cuentan sobre sus amigos de la red social juegosdechicas.com

Nícolas bota una y otra vez su Choco Krispis.

Cada vez que Emilio dice: Papi, te quiero decir algo… y construye el puente de la amistad.

Siempre que vamos a salir, Renato y yo paramos arreglándonos en cinco minutos.

Oír como se carcajean Emilio y Nícolas.

No es posible ver una película sin escuchar una tras otra preguntas y preguntas sobre el filme.
Explicarle a Emilio por qué a Sebastián no lo llamamos Justin ¿Biber?

Blancos y negros.  Gracias a Dios la vida es más que dos colores, y todo puede convertirse en alimento si hay hambre por vivir. ¡Salú!

Soy mamá de seis hijos y directora editorial de Niu. Me confieso como lectora empedernida y genéticamente despistada. Escribo para cerrar mi círculo vital.