– Cuando por circunstancias de la vida, te levantas a media noche, lo primero que haces es confirmar si tus hijos están bien emponchaditos.
– A cierta hora de la tarde (bueno y en estos días de frío, a todas horas) persigues a tus retoños para que se pongan el suéter, se suban el ziper, se pongan la gorra. Ellos están de lo más frescos y no entienden por qué sus papás los quieren emponchar.
– Te sabes los nombres y horarios de las caricaturas que dan en el Dicovery Kids, Cartoon, Disney… En ocasiones, hasta tienes tus personajes o episodios favoritos. En conclusión, vuelves a ser niño.
– Sumas, restas, divides, le sacas la raíz cuadrada a tu sueldo para saber cómo lo vas a aprovechar mejor.
– Siempre andas viendo las ofertas.
– Haces lo que siempre dijiste que nunca ibas a hacer. Por ejemplo, afirmaste que nunca andarías chileriando con el radio de tu carro a todo volumen. Pero resulta que un día tus angelitos te pidieron sintonizar la Radio Disney, pasaron la famosísima Pa-pa-na-me-ri-ca-no… y entonces subes el volumen, volteas a ver al sillón de atrás y hay cuatro niños moviendo el esqueleto, y no te queda más remedio que bailar también tú y subir otro poquito de volumen al radio.
– Preparas croquetas y ponche un domingo a las 7:30 p.m. aunque lo que se te antoja es dormirte y mandar a todos a dormir.
– Escuchas un ¡pun gun! y te sobresaltas porque crees que uno de tus hijos se dio un golpazo.
– Puedes distinguir (a puro oído) si el que llora es alguno de los tuyos, aún cuando jueguen con 10 niños más.
– Eres todo un cuenta cuentos. Si antes no dabas la entonación adecuada a los libros que leías… hay que ver cómo imitas la voz del lobo, de la abuela, de la Caperucita y de muchos personajes más.
– Aprendes las múltiples formas en las que puedes peinar a una niña, aunque en tu pasado hayas reprobado el examen de un diplomado en estilista.
– Eres incapaz de desvelarte para terminar de ver una película, pero sí puedes dormirte más allá de la medianoche terminando un disfraz.
– No sabes si reír o llorar cuando una de tus hijas te dice que no sabe si de grande será bailarina de tap o maestra de reggaeton.
– Recuerdas la hora, las libras que pesó y todos los pormenores del nacimiento de cada uno de tus hijos.
– Te preocupas porque el menú semanal tenga recados, fídeos, sopas sustanciosas, platillos tradicionales, etc. aunque de soltero hayas comido Choco-Krispis con leche o sopas de mentiras (instantáneas), mañana, tarde y noche.
Sabes que eres padre o madre de familia, cuando sonríes sin que haya un motivo en el presente, pero hay miles en tu memoria y millones en tu imaginación.
Oootra noti-parranda: los dueños de la Marimba estuvieron de aniversario de bodas. Ayer cumplieron 10 años de casados.¡Ajúa!