Señores: el único límite, la imaginación. La escuela de la sencillez es la mejor educación que nuestros hijos pueden darnos. He aquí tres ejemplos.

1. Divertido como ninguno. Creo que los papás siempre estamos en la búsqueda del juguete perfecto. Aquel que tenga las tres B. Y les he de decir que nosotros lo hemos encontrado. Bien sea por la novedad, bien por la utilidad; mis hijos están enamorados de un pizarrón. Renato se lo pidió a Don Alfonso, un habilidoso señor que trabaja con él. En cuanto el pizarrón aterrizó en nuestra casa formó parte de la familia. Todos reservan turnos para utilizarlo y cada uno lo usa para lo que le parece más conveniente. Ximena dibuja y hace y deshace ¿operaciones matemáticas?.. Para Fátima es un lienzo en el que plasma sus obras de arte. Anneliese juega a la maestra estricta, mientras Nícolas y Sebastián garabatean sobre él. A mí también me resultó útil para escribir el horario y los encargos del sábado.

2.¿Qué he hecho, Señor? De vez en cuando tengo ataques de desesperación. Si estoy mucho tiempo en un lugar poco ventilado, o si alguien habla sin parar o si alguien ¡toCA LA FLAUTA todo el día! Creo que yo también tuve el síndrome flautístico pero eso no me preparó para escuchar las 24 horas a mis hijas mayores. Mañana, tarde y noche… desayuno, almuerzo y cena… todo el tiempo tocan la flauta. Y si la melodía no les «sale» la tocan más. iDiomío. Un fin de semana, lo único que pensé fue: no voy a sobrevivir. Después, una buena noticia me alegró el día. Ximena me dijo: ¡ya me sale la canción! Pensé que allí terminaría el ensayo, pero como la práctica hace al maestro, el do re mi fa so la si dooooo, siguió in saecula saeculorum. 

3. ¿Conoce ustedes las canastas para ropa? Justo ayer en mi casa se convirtieron en cápsulas espaciales que despegaron hacia la cocina. Nícolas, Emilio y Anneliese eran los astronautas. A falta de bajadita en la que rodar, dos de ellos empujaban la canasta para que el otro perdiera la gravedad y «flotara». 

Cuando veo esto, a veces me siento en la hora de cierre, pero no cabe duda que cuando necesito reírme sola, cualquiera de estos minirrecuerdos, me hacen el día.
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Los dueños de la Marimba estuvieron de aniversario de novios. ¡15 añotes!

Soy mamá de seis hijos y directora editorial de Niu. Me confieso como lectora empedernida y genéticamente despistada. Escribo para cerrar mi círculo vital.