Vivir con nativos interactivos tiene, a todas luces, muchas ventajas. Y aunque en mi casa lo que menos abunda es la tecnologilla de punta; aun así mis hijos aprovechan las ventajas que esta les brinda.
Coser, coser y coseeer. Si hay algo que yo nunca en mi vida aprendí son las puntadas especializadas, soy pilas en el mete-saca pero nada más. No digamos las ligas mayores del tejido. Ni en mis mejores años, pude terminar una cadena con aguja de ¿crochet? Así que ahora que a mis hijas les toca andar ese camino, las pobres están desamparadas. Para el Día de la Madre, las tres marimberas hicieron una bolsa como regalo. La bolsa debía incluir puntadas clásicas: diente de perro, pata de gallo, punto atrás… iDiomío. Yo no sabía ni una. Así que ante el desconsuelo, la Xime acudió a Youtu y allí aprendió todas. A las tres les quedó simpaticona. He de confesar que a la única que pude asesorar fue a Anneliese, porque a ella sí le pidieron la humilde puntada: mete-saca.
Truquillos. Emilio es uno de los más inquietos. Siempre anda viendo para dónde se va, qué juega, qué inventa, qué desarma… Un día estaba aburrido. Así que intenté sorprenderlo aprendiendo algunos trucos mágico-científicos. Me fui a Youtu y encontré unos que a mí me parecieron la quintaesencia. La moneda que desaparece cuando se echa agua en el vaso, la pimienta que huye y otros. Entusiasmada, llamé a Emilio y se los enseñé. El de la pimienta le gustó, pero el de la moneda le pareció «chafa» (¿¡!?). Literalmente. Él mismo, buscó y encontró: se quedó prendado del huevo saltarín así que sin dudarlo sumergió un huevo en vinagre y pasó observándolo 48 hrs., hasta que se transformó.
Menea la cintura, menea la cinturaaa. Aunque mis hijos no son fanes de la FM de Zacapa, sí son entes musicales, entonces algunos tienen armados sus propios álbumes en Youtu y mientras trabajan, hacen encargos o simplemente se miran; escuchan música. El repertorio incluye canciones tan variadas como: Luna de Xelajú, Cancioncitas de amor, Get Lucky, Marc Anthony… Y mientras la música suena, Emilio se echa sus memorables pasos: echándole mantequilla al pan, el del rociador y el de la caja. Es un deleite verlo bailar.
¿Por qué a mí, Señor? Cuando cambiamos a nuestras hijas de colegio, se encontraron con más exigencia en algunas áreas. Una de estas fue música. Ximena se lo tomó a pecho y ahora interpreta en flauta muchas melodías que antes ni soñaba. Pero una de las herramientas que utiliza, justamente es un canal de Youtu en el que suben de forma muy didáctica las lecciones. Así que cualquier tarde de mi vida, puedo pasar horas de horas escuchando primero al señor del tutorial y luego a la Xime.
Noches de rumba. No hace falta una noche en la que Renato y yo nos sentemos frente a la computadora a escuchar nuestras canciones favoritas. Cantamos al ritmo de Silvio Rodríguez y otros, mientras de boquitas comemos chicarrones y gaseosa. ¡Esto es vida!
En fin, gracias a la democratización del conocimiento y de la música, en Youtu hemos aprendido a hacer origami para principiantes, a cocinar deliciosas recetas, a hacer experimentos… pero sobre todo; creo que hemos encontrado una excelente herramienta para aprender y reír juntos.