Padre, para tantos de nosotros, los niños con capacidades diferentes de nuestro alrededor, son desconocidos. Pero Tú… Tú los moldeaste con tus propias manos como declara el Salmo 139: “…tus manos me hicieron y le formaron, soy una creación admirable…”
Como tus pensamientos son mucho más altos que los nuestros, nos cuesta comprender por qué escoges diseñarnos con tantas diferencias, pero sabemos que cada uno es valioso para ti y una obra maravillosa, porque portamos TU imagen. Gracias por Tu Palabra, porque al conocerla nuestra mente ha sido cambiada, entonces amamos a todos los niños, porque son tuyos. Lo que los hace preciosos no es su capacidad intelectual o física, sino simplemente que Te ha placido darles respiro de vida.
Perdónanos porque como sociedad, preferimos huir y esconder todo lo que nos parece molesto o débil… perdónanos por dudar de tus planes perfectos para nuestras familias.
Ayúdanos a aliviar las cargas financieras, de cuidado físico o emocional para quienes han recibido a un hijo con capacidades diferentes como bendición.
Ayúdanos a ser como Tú, que siempre corriste a amar a los más débiles. Que menos niños necesiten ser separados de sus familias porque más cristianos se acercan a sobrellevar sus cargas. Danos empatía y ternura para quienes tienen retos de este tipo. Gracias por dejar escrito en tu palabra que la culpa no es ni del niño que nace diferente ni de sus padres (Juan 9:2-3) y que logremos ver que el Padre se glorifica también cuando un niño no se sana, sosteniendo la esperanza viva de la gloria venidera.
Cambia nuestra mente y corazón con Tu Verdad.
En el nombre de Jesús, Amén.