En lo personal, creo que es una excelente idea que se realicen misas o ceremonias religiosas especiales para niños y que las iglesias tengan un espacio especial para familias. Sin embargo, creo que uno de los problemas con estas áreas especiales es que algunas personas creen que, el que el espacio sea para niños, quiere decir que se puede dejar a los niños comportarse como deseen y esto simplemente no es así. Que el lugar sea especial para familias no quiere decir que los niños/as no deban portarse bien.
En la iglesia –sea cual sea la religión que se profesa- todos debemos comportarnos de manera respetuosa y esto quiere decir que no se debe dejar a los niños – ni a los adultos, en realidad – subirse a las bancas, correr, gritar y, sobre todo, jugar con el Ipad, celular o videojuegos. Recuerdo claramente haber estado un día en misa en la que un chico estaba jugando con un Game Boy (de esto hace muchos años ya) y la mamá, en lugar de decirle que lo apagara, ¡simplemente le dijo que le bajara un poquito el volumen!
¿Qué le estamos enseñando entonces a los niños sobre participar en actos religiosos?
Yo entiendo que ir con niños a la iglesia no es fácil, entonces, como yo no tengo hijos aún, decidí investigar un poco más sobre consejos que dan los padres de familia a quienes vayan a asistir a ceremonias religiosas con niños para hacer el proceso más agradable y sencillo para todos y evitar los malos comportamientos. A continuación, les enumero, a mi criterio, algunos de los mejores consejos que algunos educadores y una madre de 5 niños dan:
- Hacer de la misa o ceremonia religiosa una rutina, ir siempre en el mismo horario y a la misma iglesia. Aquí incluyo mi opinión profesional: para los niños, la rutina es esencial. Cuando ya saben qué tienen que hacer, saben qué se espera de ellos en cada situación. También es importante evitar ir cerca de las horas de comida o de sueño ya que nadie, ni niño ni adulto, está en el mejor humor si tiene sueño o hambre.
- Permitir que jueguen durante la ceremonia, así como ofrecer dulces o premios, se convierte en un mal hábito que dificultará la comprensión del valor del rito. Es lo que les mencionaba más arriba con el ejemplo del videojuego: si dejo que un niño juegue, le estoy enseñando que no tiene por qué poner atención y que la ceremonia no es tan importante como su videojuego.
- Ahora bien, con niños menores de 3 años, sí se puede ofrecer el uso de algún juguete silencioso cuando vemos que se comienza a desesperar. Una persona que conozco me comentaba que, cuando iba a misa con sus nietos en Estados Unidos, le llamaba la atención que a los niños pequeños al entrar a la iglesia les daban hojas para pintar con historias bíblicas para que se entretuvieran. Esto me pareció una excelente idea.
- Cuando los niños son pequeños, es completamente aceptable distraerlos un poco paseando al fondo de la iglesia.
- Evita sentarte cerca de otros niños ya que, para un niño, la tentación de jugar si tiene más menores cerca es grande. Yo agregaría también que, en la medida de lo posible, los padres traten de sentarse en medio de los hijos para así evitar que, entre hermanos, hayan peleas o juegos.
- Antes de ir a la iglesia, y esto es algo que sirve para la mayoría de situaciones, es necesario hablar con los niños claramente sobre lo que se espera de ellos. Con los niños decirles: “debes portarte bien” no sirve de nada, ya que “portarse bien” es un concepto abstracto que ellos no comprenden a la totalidad (no voy a entrar en una gran explicación del por qué, pero si les interesa el tema, lean sobre las etapas de desarrollo cognitivo de Piaget). Entonces, con los niños hay que ser específicos: explicar qué es lo que se espera de ellos en cada momento que, en resumen, sería algo como “Necesito que te quedes sentado en la banca, debes pararte e hincarte cuando veas que nosotros lo hacemos. Es necesario estar en silencio, como un ninja, si tienes algo muy importante que decirme, puedes jalarme levemente la mano y decírmelo al oído. Utiliza tu voz de “detective”, la misma que usarías en la biblioteca del colegio,” y demás indicaciones que crean necesarias. A los niños se les facilita también demostrar buen comportamiento cuando entienden por qué deben hacerlo, así que traten de incluir esto en la explicación.
- También puede ser muy útil explicar a los niños, las plegarias y los evangelios en palabras que ellos puedan comprender. Durante la misma, se les puede ir explicando qué es lo que está pasando para que comprendan mejor. Además, si los niños ven que sus padres participan y les animan a participar con ellos, seguramente mantendrán más la concentración.
- Por último, no se olviden nunca, nunca de elogiar el buen comportamiento de los niños. Es más efectivo aún si se hace de manera específica como, por ejemplo, decirles: “Gracias por haberte quedado sentado toda la misa, ¡lo hiciste muy bien!”
Con el tiempo, y la rutina, los niños irán aprendiendo qué se espera de ellos y cómo deben comportarse . Claro está, también son niños y no podemos esperar que se comporten igual que un adulto. Seguramente en algún momento comenzarán a retorcerse, voltear a ver, jugar con sus manos, etc.
Pero lo importante es enfocarse en el por qué se va a una ceremonia religiosa y no en que su comportamiento sea perfecto.
Lo importante es ser constante y, sobre todo, asegurarse que los niños comprendan que la iglesia no es un lugar para ir a jugar sino para estar cerca de Dios y, por ende, deben ser respetuosos en todo momento.
Referencias
Fernandes, K. (10 de Febrero de 2017). 11 pasos para ir a misa con niños de 0 a 5 años. Recuperado el 17 de Mayo de 2018, de Aleteia: https://es.aleteia.org/2017/02/10/11-pasos-para-ir-a-misa-con-ninos-de-0-a-5-anos/
Roach, B. (s.f.). ¿Es posible ir a misa con niños? Recuperado el 17 de Mayo de 2018, de Catholic.net: http://es.catholic.net/op/articulos/64754/cat/3/es-posible-ir-a-misa-con-ninos.html