Hoy vamos a hablar un poco sobre ciertas cortesías de todos los días que debemos recalcar y enseñar, a través del ejemplo, a nuestros hijos.

La primera es la puntualidad.  Ya en el artículo pasado les platicaba un poco de la importancia de llegar a tiempo, pero hoy lo recalco.  Nunca es adecuado llegar “elegantemente” tarde a una cita o evento social.  Llegar tarde implica desorganización y, peor aún, implica que nos sentimos superiores a la persona o evento.  Para los eventos sociales es necesario llegar siempre a la hora especificada o dentro de los siguientes 10 minutos, como mucho.  No es adecuado tampoco llegar antes porque podemos sorprender a nuestro anfitrión aún organizándose.  A las reuniones de trabajo si se puede llegar unos minutos antes para prepararse.

Si nos vamos a atrasar, lo adecuado es avisar lo antes posible ya sea por teléfono o mensaje.  Cuando nosotros somos quienes esperamos a alguien que llega tarde, lo educado es esperar 15 minutos, si no se nos ha avisado, y luego comenzar con la actividad programada.  Aquí recalco que si queremos cambiar la visión que otros tienen de los chapines, debemos comenzar nosotros mismos a ser puntuales.

La siguiente cortesía de todos los días implica quitarse la gorra o el sombrero.  

Quitarse la gorra o el sombrero es un símbolo de respeto.

Tradicionalmente, cuando una persona de rango inferior entraba a la casa de alguien de rango superior, se quitaba el sombrero como símbolo de respeto.  Hoy en día, quitarse la gorra se hace más por tradición.  Permite tener mejor contacto visual, el cual es un símbolo de respeto.  Tanto hombres como mujeres deben quitarse o dejarse el sombrero y/o gorra dependiendo del lugar o tipo de sombrero. El siguiente es un cuadro con una guía:

 

Fuente consultada: Post, P., Post, A., Post, L., & Post Senning, D. (2011). Emily Post’s Etiquette: Manners for a new world (18th ed.). New York: Harper Collins.

Es psicóloga clínica egresada de la Universidad Rafael Landívar. Aparte de la psicología siempre le apasionaron la etiqueta y los buenos modales y es por eso que, con una compañera de universidad, fundaron Molly Manners Guatemala: una academia de etiqueta, modales y habilidades sociales para niños y adolescentes. Ahora divide su tiempo entre dar clases de psicología en la universidad, impartir cursos y talleres en su academia, estudiar (que también le apasiona) y pasar tiempo con su esposo y su perro Mr. Pulgoso.