Todos somos diferentes, eso es lo que hace que nuestro mundo sea tan interesante.  A los niños, especialmente, hay que recalcarles esto: todos somos distintos y el que alguien sea diferente a nosotros no significa que valga menos. 

TODOS SOMOS DIGNOS DE RESPETO Y MERECEMOS QUE SE NOS TRATE CON AMABILIDAD.

Habiendo dicho esto, sí hay algunas cortesías específicas que debemos observar cuando nos encontramos con personas con capacidades especiales. Muchas de las cuales, son simples reglas de cortesía que, en realidad, debemos observar con todos.  Es muy importante enseñar a los niños (y adultos), a:

  • Nunca quedarse viendo fijamente o hacer bromas sobre personas con capacidades especiales.  Todos somos únicos, dignos y, como dije anteriormente, merecedores de respeto.
  • Respeta la independencia. El que alguien tenga una capacidad especial no le hace incapaz de hacer las cosas por sí solo, solamente las hace de otra manera.
  • Si quieres ofrecer asistencia, pregunta primero ya que puede que no sea necesaria. Ofrece ayuda solamente si la persona parece necesitarla y, si la aceptan, pregunta cómo ayudar antes de actuar.
  • No hagas preguntas personales sobre capacidades especiales evidentes. Si la persona quiere hablar sobre el tema, abordará el asunto.

DE LO CONTRARIO, NO ES NUESTRO PAPEL HACER PREGUNTAS YA QUE LA PERSONA ES MUCHO MÁS QUE SU CAPACIDAD ESPECIAL.  ¿POR QUÉ NO PREGUNTARLE SOBRE SUS GUSTOS Y AFICIONES EN LUGAR DE ESO?

  • Habla directamente con la persona, no a través de su acompañante, intérprete o asistente como que si la persona con capacidades especiales no estuviese ahí. Simplemente hay que hablarles como hablarías con cualquier otra persona.
  • Algunas personas con capacidades especiales pueden tener dificultades para hacer contacto visual, lo cual no quiere decir que no te estén escuchando.
  • Jamás debes tomar los asientos designados para personas con capacidades especiales y, en la misma línea, jamás debes parquearte en los espacios reservados para personas con capacidades especiales a menos que tengas permiso para hacerlo. Ni siquiera por 1 segundo ni aunque el parqueo esté completamente lleno.  Eso, simplemente, no se hace.

Pero sobre todo, la sensibilidad comienza con el lenguaje: es necesario poner a las personas primero.  Las personas con capacidades especiales son, antes que nada, personas como todos los demás.  Su capacidad especial es secundaria a su esencia, como el color de pelo, y jamás nos debemos referir a ellas por su capacidad especial.  Una persona con capacidades especiales no es “discapacitada,” “epiléptica,” “autista”, “paralítica”, etc.  Una persona con capacidades especiales es una persona con capacidades especiales, con epilepsia, con autismo y que usa una silla de ruedas, porque, al igual que todos los demás, son muchísimo más que eso.

Aún así, es necesario tomar en cuenta que cada persona tiene sus preferencias así que si no estás seguro acerca de las palabras a utilizar, ¡pregunta!

Fuente consultada:

Post, P., Post, A., Post, L., & Post Senning, D. (2011). Emily Post’s Etiquette: Manners for a new world (18th ed.). New York: Harper Collins.

Es psicóloga clínica egresada de la Universidad Rafael Landívar. Aparte de la psicología siempre le apasionaron la etiqueta y los buenos modales y es por eso que, con una compañera de universidad, fundaron Molly Manners Guatemala: una academia de etiqueta, modales y habilidades sociales para niños y adolescentes. Ahora divide su tiempo entre dar clases de psicología en la universidad, impartir cursos y talleres en su academia, estudiar (que también le apasiona) y pasar tiempo con su esposo y su perro Mr. Pulgoso.