Cuando pensamos en etiqueta, imaginamos en tomar té con la reina y en qué tenedor usar para comer escargots. Sin embargo, la etiqueta en realidad es aplicable en el día a día ya que consiste en las cortesías cotidianas. Hoy en día, debido al ajetreado ritmo de vida que se lleva, muchas veces puede ser complicado mantenerse cortés y civil y es justamente por esto que hay que enseñar y aplicar las cortesías comunes en nuestras interacciones diarias.
También vale la pena mencionar que, como sociedad, hemos evolucionado hacia una actitud más casual en la manera de vestir y comunicarnos, pero esto no es excusa para ser groseros. Uno puede ser amable en jeans o en smoking y uno puede ser amable tanto con la cajera del supermercado como con el presidente: no cuesta nada. La etiqueta y los buenos modales se basan en la amabilidad, y existen para que nuestras interacciones con otros sean respetuosas. Surgen de una combinación de sentido común, generosidad, consideración, honestidad, respeto y amabilidad e incluyen ciertas “reglas” específicas.
El respeto es esencial, tanto en la etiqueta como en los buenos modales en general. Esto implica reconocer el valor de otros como seres humanos sin importar su raza, religión, trabajo y sexo. Es importante demostrar respeto en las interacciones del día a día, evitando humillar a otros por sus creencias u opiniones, rehusándonos a reír de chistes racistas o sexistas, siendo puntuales, vistiéndonos apropiadamente y poniendo atención a quien nos habla, entre otras.
La consideración implica pensar antes de actuar: ¿cómo puedo ayudar a quienes tengo a mi alrededor? ¿Cómo afectan a otros mis acciones? La honestidad nos mantiene actuando de manera sincera y con integridad. Es también la base del tacto y de aprender a decir las cosas a otros sin herir sus sentimientos. El comportamiento amable también requiere de gracia y de bondad, así como de comportamientos específicos como ser empático, flexible e indulgente. La etiqueta es importante porque nos ayuda a enfrentarnos a la vida con integridad y fortaleza.
La etiqueta es…
· Fluida: no son reglas inflexibles, ha ido cambiando con el tiempo y adaptándose a las necesidades modernas. · Para todos: es un código de comportamiento para todas las personas, sin importar su edad, estatus socioeconómico o sexo. · Moderna: los principios en los que se basa son eternos y nunca pasarán de moda. · No pretenciosa: no es cosa de snobs, una persona con buenos modales jamás ve de menos a alguien más. |
Fuente consultada:
Post, P., Post, A., Post, L., & Post Senning, D. (2011). Emily Post’s Etiquette: Manners for a new world (18th ed.). New York: Harper Collins.