Nadie se despierta en la mañana con la intención de ser grosero; sin embargo, a veces podemos serlo sin darnos cuenta debido a que el día a día es una carrera contra el tiempo. Es esencial de verdad tomar conciencia de cómo las cortesías más pequeñas pueden cambiar de manera dramática nuestras interacciones diarias.
Lo primero que vale la pena recalcar es la importancia de las palabras mágicas, tanto para niños como para adultos. Me da risa porque, cuando les pregunto a los niños: “¿Cuáles son las palabras mágicas?” todos me salen con “¡Meeska, moouska Mickey Mouse!” Y ahí es cuando me doy cuenta de lo desactualizada que estoy…. Pero no, como les repito a los chiquitos, las palabras mágicas son, y siempre han sido: por favor y gracias. A estas yo le agregaría: de nada, con permiso y lo siento. Parecen simples palabras insignificantes, pero tienen un peso increíble en nuestras interacciones diarias.
Usarla demuestra que respetamos a la persona con la que estamos hablando. Gracias y de nada también son importantes, y no sólo cuando recibimos un regalo, son importantes en las acciones pequeñas también. Es esencial agradecer a quien mantiene abierta una puerta para que pasemos, agradecer al conductor del bus, a quien nos ayuda a recoger algo, etc. Y la mejor respuesta a unas gracias siempre es un simple de nada. Debemos aprender a no ser tímidos y aceptar cuando alguien nos agradece.
Con permiso, permiso o disculpe (según la situación), todas implican saber que estamos molestando a alguien. Se debe convertir en un hábito disculparnos con otros cuando: debemos hacer alguna interrupción necesaria, debemos hacer una solicitud, cuando reconocemos un error, cuando violamos alguna norma social sin querer, cuando debemos dejar una conversación y cuando nos tenemos que levantar de la mesa.
Finalmente, lo siento. Esta es de las palabras mágicas más importantes y siempre debe ir acompañada de contacto visual para que sea sincera.
Disculparse, y aceptar disculpas, son signos de madurez y cortesía.
Una disculpa sincera indica que tomamos responsabilidad por nuestras acciones. Lo siento también es la manera más simple de expresar compasión y apoyo: se puede utilizar cuando una persona pierde su trabajo, cuando hay enfermedad o una muerte, entre otras.
Si usan, y animan a sus hijos, a usar las palabras mágicas en sus interacciones diarias, verán como las mismas mejoran y cómo van sembrando sonrisas en las caras de las personas con las que se encuentran.
Fuente consultada:
Post, P., Post, A., Post, L., & Post Senning, D. (2011). Emily Post’s Etiquette: Manners for a new world (18th ed.). New York: Harper Collins.