Los niños mayores, de unos 10 años para arriba, deben aprender cómo presentar a otros y presentarse a sí mismos. Esto debido a que es descortés no presentar a dos personas que no se conocen o no presentarnos a nosotros mismos en una situación social. No es necesario que los niños aprendan cómo hacer presentaciones extremadamente formales, pero sí necesitan saber lo básico.
Lo primero que deben aprender es el orden de las presentaciones. Una regla sencilla es que la persona más “importante”, o la persona a quien estamos honrado, debe ir primero. Abajo dejo una tabla con varios ejemplos:
Cuando nosotros estamos haciendo la presentación es muy importante recordar que debemos ver a la persona a quien le estamos hablando y luego voltear hacia quien estamos presentando. Importante hablar claramente y ser cortés. También es importante utilizar los títulos que la persona prefiera. Si es un adulto, y el niño tiene permiso para utilizar su nombre, puede presentarlo así. Si no, lo ideal es que se use el “Señor” o “Señora” seguido por el apellido. Se pueden usar también los apodos si las personas se sienten cómodas. Al hacer las presentaciones, siempre es adecuado incluir un poco de información extra sobre las personas como, por ejemplo, de dónde los conocemos o qué relación tienen con nosotros.
Cuando es a nosotros a quienes nos están presentando a otros es importante escuchar y enfocarnos en los nombres. Puede ser útil repetir el nombre dentro de la conversación para que no se nos olvide: “¡Qué gusto de conocerte, Juan!” Si por alguna razón no escuchamos el nombre, o se nos olvida, es completamente adecuado pedir, de manera educada, que nos lo repitan: “Disculpe, no escuche, ¿me puede repetir su nombre?” Y, si a alguien se le olvida presentarnos, nos presentamos a nosotros mismos.
Presentarse, sobre todo para los niños, puede causar mucha ansiedad. Sin embargo, presentarnos a nosotros mismos es mucho más sencillo, ¡solo debemos recordar nuestro propio nombre! Acercarnos a otros que no conocemos con un simple: “Buenos días, mi nombre es Margarita Bonduel” es suficiente y, generalmente, le seguirá un “Hola Margarita, yo soy Andrea Juárez. ¡Qué gusto conocerte!” y ese es el comienzo de una conversación.
Fuente consultada: Post, P., Post, A., Post, L., & Post Senning, D. (2011). Emily Post’s Etiquette: Manners for a new world (18th ed.). New York: Harper Collins.