Constantemente hablo con jóvenes universitarios y por alguna razón, noto con facilidad quiénes tienen desarrolladas las habilidades ejecutivas y quiénes no.
Y aunque no necesariamente una persona organizada llega más lejos que alguien que no lo es, la capacidad de planificar sí influye positivamente en la obtención de metas.
Un planificador es una herramienta genial para ayudar a tus adolescentes en sus tareas actuales pero también es una gran forma de prepararlo para la vida laboral.
Además les facilita:
- Estructurar su pensamiento.
- Reducir el estrés: las tareas no bailan en su cabeza sino que al tenerlas escritas se experimenta control sobre ellas.
- Tachar las tareas que ya concluyeron les dará satisfacción y los motivará.
La presentación que deben elegir, dependerá de las necesidades y el tipo de actividades que desarrollan. Esta Navidad, nosotros regalamos algunos y una de mis hijas eligió comprarse uno también.
El estilo de este planificador me pareció acertado porque tiene espacio para:
- Organización diaria, pero como no tiene fechas, es muy flexible.
- Lista de pendientes
- Espacio para notas
- Stickers para recordatorios
- Sobre en el que pueden guardar notas importantes o manejar su dinero.

Si te estás preguntando si una app para organizarse es igual de efectiva, la respuesta es sí. Sin embargo, un planificador de «carne y hueso» ayuda a disminuir los distractores digitales y enfocarse con un poco de más facilidad.
Un paso vital en el arte de la organización, es enseñar a priorizar, listar actividades y distinguir lo importante de lo urgente.
Si logramos enseñar esto a nuestros hijos, los habremos heredado en vida 🙂