Poder quedarse en casa y ser mamá a tiempo completo es un gran regalo, pero también es un trabajo muy duro: trabajas para una persona que no es tu jefe, sin un salario y nunca sabes tu horario.

Es todo un reto organizarse y ser productiva cuando estás a cargo de un bebé o niños. Si eras una persona súper organizada, al convertirte en mamá sientes que todo cambió y tienes que reestructurar para evitar que la mayor satisfacción de tu vida se convierta en algo estresante y agotador.

Es importante que te des tiempo y te tengas paciencia.

Hoy te compartimos algunas ideas que seguramente harán que puedas organizarte y disfrutar esta maravillosa etapa 🙂

1. Haz un “mapa” de tu día

No caigas en la trampa de “dejarte llevar”, en esto la espontaneidad no funciona, ya que dejar que las cosas vayan surgiendo sin tener ningún control sobre ellas provocará que termine el día y no lo hayas aprovechado.

No te compliques, lo recomendable es hacer rutinas sencillas o simplemente conocer de antemano las actividades a las que te dedicarás ese día. Esto hará la diferencia entre una mamá al borde de un colapso y una mamá calmada y que controla la situación.

2. Haz “checklists” de tareas pendientes

Algo normal y totalmente real, es que con la maternidad nuestra memoria ya no es lo que era. Si tienes la sensación constante de haber olvidado algo (¡lo cual es horrible!), cálmate porque hay formas de sobrellevarlo. Escribe todas las tareas que tengas pendientes, las reales y las que te gustaría hacer algún día… Esto te ayudará a saber qué puedes hacer cuando tengas un rato libre y liberarás tu mente para dedicarte a otras cosas.

3. Paso a paso con pequeños objetivos

No intentes lograr todo de una vez, márcate pequeños objetivos diarios, da igual si solo es una cosa o dos, mejor eso que nada.

Por ejemplo, aunque parezca el momento adecuado, no caigas en la tentación de ordenar toda una habitación de golpe. Probablemente no tendrás tiempo de hacerlo todo de un tirón y cuando te interrumpan acabarás amontonando en otros lugares todo lo que tienes a medio ordenar.

4. Planifica el menú semanal

No hay nada peor que ponerte a pensar qué vas a cocinar cuando tus hijos ya están muertos de hambre y si a eso le sumas que cuando estás preparando algo descubres que te faltan la mitad de los ingredientes y no puedes salir al súper, llegarás a tener una situación muy estresante.

Haz un espacio en tu agenda para planificar el menú de la semana y la lista del súper al mismo tiempo, verás que esto te ayudará a adelantar mucho trabajo.

Aparte de evitarte estrés, te permite evitar también que repitas siempre los mismos platos o que recurras a la comida rápida por falta de tiempo, al mismo tiempo que mantienes una alimentación equilibrada para tu familia.

5. Levántate antes

Esto puede ser un gran desafío pero es la clave para empezar el día relajada y enfocada. Disponer de un tiempo para ti antes de que todos se despierten, aunque sean solo 15 minutos, marca una gran diferencia.

Aprovecha estos momentos para bañarte y arreglarte, o para organizar la tarea que más te cuesta hacer a esta hora del día.

6. Aprecia y cuida TUS minutos

Cuando tengas algunos minutos para ti, aprovéchalos, no dejes que el miedo a que te puedan interrumpir o a que reclamen tu presencia te desconcentre, solo enfócate en el tiempo que tienes para ti.

7. Comunícate con tu pareja

En esta etapa, más que nunca, es vital la comunicación. Conversa con él cómo es tu día a día, explícale en qué necesitas ayuda para que pueda colaborar y aportar ideas.

Aunque quien se encargue del cuidado de los niños durante el día seas tú, ustedes son el equipo sobre el que se respalda tu hogar y tu familia.

Mamá de dos niñas, una en la tierra y una en el cielo. Diseñadora Gráfica en la vida real y amante de los libros, del arte y de las innovaciones gastronómicas en la vida ideal. Creo fielmente en que la paternidad es una evaluación constante, diaria, para toda la vida; y que el resultado de nuestro trabajo lo veremos siempre en las acciones de nuestros hijos.